UN NUEVO ESTILO FRANCÉS: GERTRUDE, ALICE Y PIERRE

Durante casi 90 años, esa autobiografía ha mantenido su fama y respetabilidad; de hecho, los editores de Modern Library sitúan el libro en el número 20 de su lista de 100 mejores obras de no ficción del siglo XX.
Maira Kalman, la premiada ilustradora, autora y diseñadora, ha revisado recientemente la creación de una edición completamente nueva de aquella famosa autobiografía.
Kalman, creadora de numerosas portadas icónicas de la revista New Yorker, debe su fama a su maestría con el uso de dibujos coloridos para acompañar historias cautivadoras.
Sus características historias ilustradas han inundado las columnas digitales del New York Times, así como los más de treinta libros que ha escrito tanto para adultos como para niños.
Para esta nueva edición de la Autobiografía de Alice B. Toklas, Kalman ha creado más de 70 ilustraciones a color, todas basadas en el texto de Stein. De esta forma, consigue introducir una vívida infusión de color y contenido, sorprendente y acogedora, al aclamado clásico de hace 88 años.
Kalman nos acompaña en el pódcast para hablar sobre esta nueva autobiografía, así como sobre las fascinantes vidas de Alice y Gertrude. Además, ha accedido muy amablemente a dejarnos usar algunas de las ilustraciones de esa nueva edición para acompañar este breve resumen de la vida de la pareja.

Gertrude Stein también tenía un gusto exquisito. Tenía un gran talento para buscar y apoyar a los pintores con más talento. Los ingresos que obtenía de las inversiones de su familia estadounidense no le bastaban para adquirir las famosas obras impresionistas y posimpresionistas que se exponían en las galerías más importantes de la capital francesa. Por tanto, Gertrude Stein (junto con sus hermanos Leo y Michael) decidió centrarse en comprar obras originales de los artistas más jóvenes.

Y en ese momento, había grandes pintores aún desconocidos en París. Los Stein fueron de los primeros en reconocer el poder y la maestría de las novedosas creaciones de artistas como Picasso, Matisse, Gris y Braque. Y las creaciones icónicas, que tendrían un valor incalculable, de los legendarios artistas del presente cubrían cada centímetro de las paredes del apartamento de Stein y Toklas.

Igual de excelentes eran los invitados que llenaban los salones de ese mismo piso.

Cada sábado por la noche, Stein y Toklas conseguían juntar a algunos de los mejores talentos de la edad moderna; entre los que se encontraban poetas, compositores, bailarines, pintores y escritores de vanguardia (así como los ricos y curiosos que deseaban conocerlos).

El apartamento de Stein y Toklas del 27 Rue de Fleurus, repleto de obras maestras y artistas, se convirtió en uno de los centros más importantes de la vida creativa e intelectual de la época moderna.

Alice y Gertrude pasaron los años de la guerra lejos de París, en su preciosa finca rural. Pasaban allí periodos de tiempo desde el verano de 1924, cuando (mientras viajaban desde París en su Modelo T, de camino a visitar a Picasso en la Costa Azul) decidieron acortar el viaje y alojarse en esa preciosa región.

En las siguientes décadas, construyeron una casa rural allí y, con los años, acogieron a numerosos amigos y artistas parisinos durante las vacaciones.

La casa de campo estaba cerca de Aix-Les-Bains, donde la madre de Pierre Balmain tenía una de sus tiendas de vestidos. Durante la ocupación, siempre que visitaba a su madre en Saboya, Balmain recorría un largo trayecto en bicicleta para visitar a Alice y Gertrude, para llevarles provisiones de París, así como conjuntos especiales de lana y abrigos que le encargaban personalmente.

La dedicación total de Pierre Balmain hacia la pareja se puede observar en la ropa que creaba para ellas durante la ocupación. Primero viajaba en bicicleta hasta su finca con su cúter, para medir y ajustar las nuevas creaciones para la pareja.

Después, volvía pedaleando de nuevo para entregarles los diseños finales.

Una vez, le pararon las autoridades, que vieron que llevaba enormes paquetes y sospecharon que traficara con mercancías en el mercado negro.

Cuando Alice y Gertrude expresaron que necesitaban ropa abrigada y cómoda que reflejara tanto sus personalidades como su estilo de vida campestre, Balmain creó trajes y vestidos de tweed que, mientras que reflejaban sus exquisitas habilidades, distaban mucho de las colecciones de alta costura que estaba diseñando en París al mismo tiempo.

Baker, cuyo nombre original era Freda Josephine McDonald, nació en East Saint Louis y cantó por primera vez esta canción de amor hacia su ciudad de acogida, París, en los años 30. En las décadas posteriores, interpretó numerosas versiones de esta misma canción. La mayoría de las versiones comienza con las líneas: «On dit qu'au-delà des mers. Là-bas sous le ciel clair. Il existe une cité. Au séjour enchanté. Et sous les grands arbres noirs. Chaque soir. Vers elle s'en va tout mon espoir». («Dicen que más allá del mar. Allí bajo el cielo despejado. Hay una ciudad. En el mundo encantado. Y bajo los grandes árboles negros. Cada noche. Le dedico a ella toda mi esperanza».) Esta ciudad, más allá de los mares, es la ciudad de la luz que recibió y acogió a Josephine Baker, así como a muchos otros refugiados, artistas e intelectuales. La creatividad y libertad hicieron destacar a París en la época de Josephine, Alice, Gertrude y todos los magníficos artistas que visitaban ese famoso salón de la rue de Fleurus.

Janet Malcolm, la gran escritora de la revista New Yorker, investigó cómo la pareja consiguió sobrevivir a la guerra en su libro Dos vidas, publicado en 2007. Si quieres saber más sobre las vidas de esta pareja, puede que te interese leer el libro o el artículo de New Yorker que Malcolm escribió sobre Stein y Toklas durante la guerra.

Malcolm escribió sobre cómo Gertrude Stein recurrió a Bernard Faÿ, un viejo amigo al que conoció en 1924, para pedirle ayuda y protección. Fäy había sido nombrado director de la Bibliothèque Nationale durante la ocupación. Era un hombre vil que al parecer hizo cosas horribles; y tras la guerra lo condenaron y sentenciaron a trabajos forzosos por su colaboración con los nazis.

Desde luego, era un momento peligroso y las circunstancias de la pareja eran poco seguras; al fin y al cabo, eran una pareja de mujeres lesbianas, judías y estadounidenses, que vivían en la Francia rural durante los días más oscuros del régimen de Vichy y la ocupación nazi.

Obviamente, mucha gente en aquella época tuvo que llegar a acuerdos para obtener protección y, en muchas ocasiones, solo para sobrevivir.